Relato Corto | Ella es una Dulce Muerte

–Lori, ¿hoy has dormido mejor?
La joven no respondió, se quedó mirando fijamente el reloj que colgaba de la consulta. Tic, tac, tic, tac.
–Lori –repitió el doctor –¿Te apetece dibujar algo? –Se levantó y le tendió unos folios en blanco junto a unos rotuladores.
Sin dirigirle la mirada abrió el estuche de rotuladores y comenzó a dibujar. Durante un rato prolongado ninguno de los dos dijo nada, solo se oía el sonido de los rotuladores deslizándose sobre el papel.
–Algo mejor –susurró Lori.
–¿Has tenido algún sueño? –preguntó mientras sacaba un bolígrafo.
–He soñado con Cecilia.
–Tu hermana pequeña.
–Era mi hermana pequeña, ya no lo es más.
–¿La extrañas?
–De vez en cuando me entra nostalgia, pero tampoco le echo mucho de menos.
–¿Y a tus padres, quieres verlos?
–Mi padre me cae bien.
–¿Y tu madre?
–La odio.
El silencio se hizo una vez más. La mirada cansada del doctor observada analíticamente como Lori terminaba su dibujo.
Bastante colorido e infantil, mostraba a dos niñas con una tarta y una vela con el número ocho.
–Es el cumpleaños de Cecilia –señaló Lori mientras levantaba el dibujo para mostrárselo.
–¿Qué recuerdas de ese día, Lori?
–Cecilia y mi padre se pudieron muy enfermos.
–¿Sabes por qué?
–Me dijeron que fue por la tarta, no les sentó bien.
–Ese fue el día que Cecilia murió. –El doctor esperó la respuesta de Lori.
–Así es –asintió con una ligera sonrisa. –Me dio mucha pena que mi madre no probara la tarta, me esforcé mucho en hacerla.
–¿Te sientes triste por lo que pasó en el cumpleaños de Cecilia?
–Sí, nos lo estábamos pasando muy bien. Y aquella noche Cecilia no volvió a casa, dormí muy bien sin que me molestase.
Comentarios
Publicar un comentario